Beber para contarla. VV.AA
Antólogo: Peter Haining
Traducción de Miguel MartÃnez-Lage, Carlos Pranger, Eugenia Vázquez Nacarino y Jaime Blasco
La otra orilla (Barcelona, 2009)
No es necesario esperar al 17 de marzo (dÃa de San Patricio, patrón de Irlanda) para tomarse una buena cerveza, un whiskey (asÃ, con todas sus letras, como nos recuerda Haining en sus comentarios para el libro) o cualquier otra de las denominadas «bebidas espirituales» (llamadas asÃ, no porque levanten el espÃritu, que también, sino por estar elaboradas con el «espÃritu» del destilado). De igual manera que tampoco hemos de esperar a tan celebrada y etÃlica fecha para disfrutar de la sana lectura de esta antologÃa ideada por Peter Haining, en la que se recogen relatos y fragmentos de piezas teatrales y de novelas repletos de beodos, abrazafarolas, mamadores… y demás sinónimos que se nos vengan a la cabeza.
Ahora que se ha internacionalizado la dichosa festividad hasta extremos patéticos (en algunas ciudades abundan los pubs de ambientación irlandesa, dando acogida a los fanáticos del futbol que se apuntan a cualquier fiestorro aunque tengan que ponerse un trébol en la cabeza y cantar cualquier barbaridad), está bien eso de recordar el origen de la tradición bebedora a base de ficciones que, como cualquier recopilación que se precie, también tiene sus altibajos.
AsÃ, encontramos nombres clásicos (Joyce y Beckett a la cabeza) codeándose con escritores más jóvenes (Sweeney y McCabe), eternos desconocidos que vendrÃa bien ver traducidos en España de manera habitual (McCourt, O’Brien) y otros especÃmenes de dudosa calaña (MacGowan)… Un suculento reparto muy bien servido por el autor de la antologÃa, quien nos ilustra convenientemente a base de introducciones a cada uno de los textos seleccionados.
Se deduce, leyendo las piezas que componen este puzzle, que los mitos entorno al hábito escanciador de los irlandeses provienen de tiempos no tan remotos (la festividad, como tal, no se estableció hasta 1901), aunque quienes se encargan de transmitirlos a través de la escritura no han escatimado esfuerzos para narrar, con sentido del humor, ironÃa y también crudeza, sus consecuencias. De igual manera, el paso del tiempo no ha mermado esa cultura etÃlica, pasando a ser parte del legado cultural y social del paÃs. Una cultura que entiende como ritual el encuentro en el bar, lugar en el que ahogar penas, reir con los amigos, encontrar el amor, recuperar a quien pensabas perdido y condensar la vida en un trago. No falta nada de eso en este surtido de historias que nos sirve, a su vez, de guÃa para interesarnos por una literatura comprometida con su tiempo, que refleja conflictos polÃticos, luchas de poder, enfrentamientos religiosos, dramas sociales y, por qué no, también momentos felices. Condensado en sus páginas, el siglo XX en Irlanda. Que no es poco.
A destacar la primorosa labor de traducción, coordinada por Miguel MartÃnez-Lage. El volcado que el equipo de traducción ha realizado de la lengua irlandesa, básicamente oral, es delicado y, por la complejidad que conlleva, digno de alabanza.
Los doce apóstoles del whiskey…
James Joyce (1882-1941). Es el escritor irlandés más conocido en todo el mundo, famoso por ser autor del libro más dejado de leer en toda la historia de la literatura (Ulises, curiosamente también el más importante -dicen- del siglo XX). Oriundo de DublÃn, no fue un escritor muy prolÃfico y su obra sigue despertando pasiones y es motivo de estudio permanente. Dublineses (su único libro de cuentos), Retrato del artista adolescente, Finnegans Wake y la citada Ulises, son las más representativas.
Samuel Bekett (1906-1989). El tÃtulo de su obra más célebre, Esperando a Godot, es el más versionado en la prensa (¿Cuantos titulares habremos leÃdo haciendo uso del «Esperando a…»?). Ganador del Nobel en 1969, Beckett es el mejor retratista de la moral humana en el siglo XX, el pesamista más amargo y, a su vez, uno de los más hábiles usuarios creativos del humor negro. Amigo y discÃpulo de Joyce, sus trabajos de experimentación en las formas narrativas han inspirado a otros muchos autores de generaciones posteriores.
John Millington Synge (1871-1909). Era imposible no encontrar en esta antologÃa un fragmento de su obra de teatro El Playboy del mundo occidental, ya que se trata de un clásico que provocó polémicas y disturbios en su época y, además, transcurre integramente en un pub tÃpico irlandés. Las piezas de Synge estaban ambientadas en el mundo rural y fue el primero que usó el recurso de la taverna para mostrar a los personajes «soltándose la lengua» sin ningún tipo de rubor, lo que no siempre era bien recibido por el público.
Flann O’Brien (1911-1966). Otro autor con escasa obra pero muy alabada. Su nombre real era Brian O’Nolan. El tercer policÃa, publicada con 27 años de retraso (escrita en 1940, puesta en circulación en 1967) es la más conocida de toda su bibliografÃa, aunque se cita siempre su primera ficción, At Swin-Two-Birds, como la más lograda (el fragmento incluido en el volumen, uno de los más divertidos, pertenece a la adaptación teatral de esta obra). Experto en literatura celta, articulista satÃrico, llegó a firmar con diferentes pseudónimos, incuyendo su nombre traducido al céltico (Brian Nuall’in).
Brian Friel (1929). El más grande dramaturgo irlandés vivo. Sus compatriotas siguen reverenciándole como uno de los nombres clave en la historia del Abbey Theatre. Su pieza más conocida es Dancing in Lughnasa, que llegó a estrenarse en Broadway y fue adaptada al cine en 1998 con el mismo tÃtulo y protagonizada por Meryl Streep. Buena parte de sus historias transcurren en el pueblecito ficticio de nombre «Ballybeg». Sus obras son fiel reflejo de la historia polÃtico-social de la Irlanda del siglo XX y de la vida diaria en comunidad.
Malachy McCourt (1931). El hermanÃsimo. Fue compañero de aventuras, escribiendo junto a su hermano mayor, Frank McCourt (fallecido hace unos dÃas), la célebre obra teatral A Couple of Blaguards. Para nosotros es el gran desconocido, el hombre que quedó en la sombra. Escritor, actor y polÃtico (milita en el Partido Verde y ha sido candidato a Gobernador por la ciudad de Nueva York), Malachy es quien firma el relato más divertido de todos los incluidos en la antologÃa. A ver si algún editor se anima y nos descubre de una vez a este genio del humor irlandés.
Eamonn Sweeney (1968). Uno de los creadores más destacados de su generación, Sweeney deslumbró con su primera obra, Waiting for the Healer, en la que hace uso del realismo sucio para narrar el sórdido mundo del hampa irlandés. Para este volumen se ha extraÃdo un fragmento de dicha obra, en la que se describe una despedida de soltera que acaba de manera inesperada. Es autor también de la novela The Photographer. Ambas, misteriosamente, permanecen inéditas en España.
William Carleton (1794-1869). De familia humilde, Carleton consiguió destacar por su dedicación a los demás. A pesar de no disponer de una amplia educación, ejerció como profesor particular y fue miembro de la sociedad secreta de los Ribbonmen, que luchaba contra los abusos de los terratenientes. Protestante, escribió, ya instalado en DublÃn, una serie de caricaturas de personajes tÃpicos irlandeses entre los que se encontraban algunos borrachines como el que protagoniza la historia La geografÃa de un juramento irlandés, incluida en la antologÃa.
Patrick McCabe (1955). Creador de la aldea «Barntrosna» y del personaje Phildy Hackball, una especie de alter ego del autor. Sus relatos fueron recopilados en el volumen Mondo Desperado, y algunas de sus novelas han sido adaptadas al cine por Neil Jordan. McCabe recurre a la violencia y a la marginalidad de ciertos ambientes irlandeses para retratar a la sociedad actual. Relatos como The Butcher Boy (protagonizada por un matarife perturbado) o Desayuno en Plutón (sobre un travestido que busca a su madre biológica con el trasfondo de los conflictos irlandeses de los ’60 y ’70), ofrecen una visión extrema pero repleta de sarcasmo.
Shane MacGowan (1957). Lider de The Pogues, incluirle en el libro era casi obligado, no sólo por su carisma sino también por ser considerado uno de los letristas más influenciados por la literatura de su paÃs (destacando Brendan Behan por encima del resto de clásicos). Sin olvidar que, tal y como indica Haining, la música y el alcohol son inseparables, especialmente en Irlanda. El antólogo ha extraÃdo un fragmento del libro A drink with Shane MacGowan, en el que se recogen una serie de entrevistas con la periodista Victoria Mary Clarke.
Bernard MacLaverty (1942). Quizás el cuento de MacLaverty que se nos ofrece sea el más emotivo de todos. Es la historia de un enfermo terminal y de un viejo amigo que le proporciona alcohol a escondidas en el hospital. Una buena muestra de la trascendencia que en nuestra vida tiene la amistad y que podemos entender plenamente al final de nuestros dÃas, aunque la distancia no haya permitido que disfrutemos de ella. A pesar de residir en Escocia desde 1975, MacLaverty no ha olvidado sus raices, como demuestra en sus obras Lamb y Cal, dos de las más celebradas novelas irlandesas de los ’80.
Robert Jasper Martin (1845-1905). Desconocemos su rostro y, como no, tampoco es muy conocida su obra compuesta, principalmente, por poemas, canciones y pequeños relatos publicados en prensa. Según nos indica Haining, acabó viviendo en la penuria, sin conseguir el reconocimiento que merecÃa. Firmó la autorÃa de Balleyhooley, una de las tonadas irlandesas más famosas del siglo XIX.
Y el antólogo…
Peter Haining (1940-2007). Periodista y uno de los más célebres antólogos de relatos de ciencia ficción y terror, se hizo muy popular a través de su investigación sobre el personaje Sweeney Todd, de quién aseguraba que existió realmente. Ha escrito libros sobre series de televisión y personajes literarios adaptados a la pequeña pantalla. Su último proyecto estaba dedicado a la Segunda Guerra Mundial. Entre sus novelas destacan The Hero (1973) y The Savage (1986).
José A. Muñoz
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