Es tradición en esta casa arrancar el año dando rienda suelta a toda la filmografÃa de alguno de mis directores favoritos. Este año creà que iba a ser el turno de los hermanos Coen, pero Satoshi Kon se cruzó en mi camino al caer en mis manos el libro La mirada de un autor, obra de Ãlvaro Arbonés publicada el pasado año por Héroes de Papel. Este ameno y erudito repaso a la visión de un autor tan particular me obligó a volver a ver todas sus pelÃculas –Paprika, Perfect Blue, Millennium Actress, Tokyo Godfathers– y su serie Paranoia Agent para comprender de manera más profunda los temas caracterÃsticos de una narrativa tremendamente personal y original. No se pierdan estas joyas de la animación y déjense arrastrar por la mezcla de realidades, el juego entre el sueño, la locura, lo real o lo ficticio que yace en la mayorÃa de sus producciones. Intereses, por otro lado, compartidos con algunas de sus figuras más influyentes.
Arbonés nos explica que, además del interés obvio por maestros japoneses como Katsuhiro Otomo o Akira Kurosawa, o de contemporáneos como Mamoru Oshii o Makoto Shinkai, Kon confesaba estar en deuda con las novelas de Philip K Dick y el cine de Terry Gilliam. Y, dentro del cine extranjero que más le habÃa marcado, destacaba un par de pelÃculas: La ciudad de los niños perdidos y Matadero cinco. Pensando en las historias y en el caracterÃstico montaje que emplea Kon a la hora de hilar sus tramas, esa referencia a la adaptación de la obra de Kurt Vonnegut me pareció de lo más obvia. Donde Billy Pilgrim se ve saltando sin aparente orden entre distintas etapas de su vida gracias a la intervención de una raza de seres extraterrestres cuya percepción del tiempo es muy diferente a la nuestra, los protagonistas de Kon se ven arrastrados a través de transiciones que siguen una propuesta muy similar. Tomen el caso paradigmático de la protagonista de Millennium Actress, una actriz que rememora su pasado trasladándose entre épocas, biografÃa personal y sus pelÃculas (arrastrando con ello a los dos reporteros que la acompañan) sin que seamos capaces de ver las costuras entre un instante y el siguiente. O de la detective de sueños de Paprika, moviéndose a voluntad entre ensoñaciones de todo pelaje que se entremezclan con una complejidad prodigiosa.
La providencia hizo que también en 2020 se publicara la primera adaptación a cómic de la novela más emblemática de Vonnegut. No me faltaron motivos para lanzarme a por ella en cuanto tuve la oportunidad. Porque, además, esta nueva versión de Matadero cinco viene a cargo del guionista Ryan North y del dibujante Albert Monteys, y con todos mis respetos hacia el escritor canadiense, yo sólo tenÃa ojos para nuestro paisano. Un autor sobre todo conocido por su participación en El Jueves, pero que en los últimos tiempos se ha centrado en la ciencia ficción y nos ha ofrecido una auténtica joya del cómic de género. Me refiero, por supuesto, a ¡Universo!, el conjunto de relatos que Monteys publicó en Panel Syndicate (y aquà en Astiberri) y que son una delicia para todo seguidor de los futuros posibles.
Con la premisa de la conjunción espacio temporal de Vonnegut y Monteys pude sospechar que el resultado estarÃa a muy buen nivel, y me alegra confesar que me quedé corto en mis predicciones. Este es uno de esos cómics que, sólo con ojearlos, ya intuimos que será de lo mejor que leeremos en meses. Y lo hace desde sus primeras páginas, donde los autores ponen todas las cartas sobre la mesa. A modo de instrucciones de uso, North y Monteys nos dedican un breve prólogo en el que incluyen al propio Vonnegut y su relación con los acontecimientos que narra en su novela (algo que ya sucede en la misma). También descubrimos en apenas un par de viñetas sus conversaciones con amigos sobre las posibilidades de la obra, y de ahà nos ponemos en marcha con un segundo arranque autorreferencial en que conocemos a los personajes secundarios de la historia y se nos desglosan las distintas épocas de la vida de Pilgrim y entre las que iremos saltando. No será este el último añadido a la narración principal, por supuesto. Siempre que se requiera una pequeña digresión disfrutaremos de elementos metanarrativos como el storyboard de una pelÃcula contada al revés o los cómics pulp escritos por Kilgore Trout, personaje recurrente en la obra de Kurt Vonnegut que ha sido reconvertido de novelista a guionista de cómic por las obvias necesidades de la historia.
Dicho esto, no se asuste si no tiene experiencia en narrativas fragmentadas. Que la historia cuente con estos interludios frecuentes no hace que perdamos la pista a la trama principal porque, como sabrá quien haya leÃdo la novela, ya estamos lo bastante perdidos con el destino de Billy Pilgrim. Ahora en un vagón de tren con otros refugiados, ahora en la comodidad de su hogar en Estados Unidos, ahora siendo observado por un público de trafalmadorianos en el zoo de su planeta, ahora en un accidente de avión, ahora en Trieste antes del bombardeo, ahora en Trieste después del bombardeo. La diferencia con la novela estriba en que la sucesión de acontecimientos, lugares y momentos, a pesar de su apariencia caótica, sigue una continuidad muy elaborada que, gracias al soporte gráfico (¡incluyen hasta recortables!), casi aclara lo que en la obra original es a veces indescifrable. El resultado es de tal redondez que parece una historia escrita directamente para cómic. Y eso es decir mucho si de lo que hablamos es de Matadero cinco, uno de los grandes clásicos contemporáneos sobre la sinrazón de la guerra.
Porque no olvidemos que esta historia trata del absurdo de cualquier conflicto bélico y del efecto devastador que puede causar en la psique humana. En ese sentido, Monteys realiza un trabajo profundo en las expresiones de su protagonista. Durante los periodos de guerra, Pilgrim vive instalado en una apatÃa y aplanamiento emocional de los que apenas se desprende a su llegada a Trieste, donde sufre un ligero stendhalazo, y a su marcha, ofreciendo una amplia sonrisa de satisfacción que antecede a las únicas lágrimas que desprende en toda la guerra. Dos instantes de emociones completamente alejadas. Dos instantes que, sin embargo, también suceden a la vez. Porque, no se olviden, Billy Pilgrim se ha desprendido en el tiempo. Su vida se ha convertido en un conjunto de ahoras sin un antes ni un después, y la única guÃa con la que contamos para orientarnos en esta locura son las páginas de una novela gloriosa que ahora se ha convertido en un cómic delicioso. ¿Se ha convertido ahora, o acaso siempre lo fue?