En la portada de este libro, TodavÃa. Apuntes de diario (2011-2015), aparece el autor, Sergio Suárez, en una fotografÃa que inmortaliza la androginia, esa edad de la infancia en que es difÃcil reconocer si estamos ante un niño o una niña. Una decisión editorial que no parece gratuita, pues en su escritura puede comprobarse un equilibrio expresivo de sensibilidades masculinas y femeninas, una cierta androginia.
Sergio Suárez Blanco nació en 1972. Es licenciado en Historia Contemporánea de la Universidad Complutense, y profesor en el Colegio Mayor Chaminade. Como él mismo se presenta en uno de los apuntes: Considera relevante su condición de lector y en consecuencia se ha implicado en el mundo del libro, en la librerÃa Rafael Alberti y la editorial Pre-Textos. De cuando en cuando y a instancias de algunos de sus amigos, se sienta y escribe un texto corto.
La selección de los diarios fue realizada por José Muñoz Millanes, quien escribe el prólogo Bajo el signo de la amistad. Los apuntes son los textos breves de un hombre maduro que consigna sus experiencias como amigo, hijo, hermano, tÃo, profesor, amante. Sus viajes frecuentes a Lisboa, Londres y Nueva York. Sus viajes a Edimburgo, Gante, ParÃs, Santiago de Chile y Ciudad de México. Sus visitas a amigos para comer, conversar o pasear; su asistencia a conciertos; sus compras de libros –nuevos y viejos–, y de fotografÃas en tiendas anticuarias; sus apreciaciones y reflexiones sobre lo que lo circunda; sus paseos solitarios.
“He venido a Central Park a sentarme bajo los árboles y hacer estudios de nubes (como aquellos pintores septentrionales de principios del XIX cuyos cuadros vi ayer en el Metropolitan) y observar cómo la luz de septiembre inunda la gran pradera y llenar la mirada del azul de la tarde y hacerme amigo del vientoâ€.
Suárez no vive las ciudades, las habita. En Madrid, donde reside, apunta: “Voy del colegio a la librerÃa a media tarde como quien va del salón a la cocina (…) sin salir de casaâ€. Y en Segovia: “Cada vez admiro más a los árboles y me gusta contemplarlos. Asà esta mañana, camino de La Granja, mientras atravesábamos los altos pinares de ValsaÃn. O ya en los jardines del Real Sitio los venerables cedros, abetos y secuoyas, majestuosos e imperturbables. Y que nos sobreviviránâ€.
En TodavÃa. Apuntes de diario, Sergio Suárez es generoso con la recomendación de libros y autores, de discos y cantantes de fado; con reflexiones honestas y sinceras sobre la amistad, los vÃnculos familiares y los duelos. De estos últimos, es capital cómo vivió la enfermedad y muerte de su padre, que alcanza un momento conmovedor en el cementerio cuando leyó un poema de Leopoldo Panero, “cuyos versos finales dicen: estamos solos para siempre;/detrás del corazón, de la memoria,/del viento, de la luz, de las palabras,/juntos los dos en mi memoria solaâ€. Continuando con los duelos, la invitación del autor a asumir la muerte propia resulta fascinante: “imagino, cuando uno abandone definitivamente la vida. No estaremos pero los amigos seguirán juntosâ€.
TodavÃa. Apuntes de diario (2011-2015), de Sergio Suárez Blanco, no es un libro más en el anaquel de la biblioteca. Es una compañÃa, como la de uno de aquellos amigos que nos vigila con el mandato de que nos asumamos como seres humanos con cuerpo y tiempo para atender la cotidianidad con los amigos, los libros, la música, los amantes, los familiares, los árboles, las aves. Un libro que repite con insistencia aquellas dos oraciones del poeta MartÃn López-Vega citadas por el autor:
“Prestar atención es una forma de intensidad. Los poemas han de servir para vivir con más calmaâ€.
Mateo, me convence la forma cómo hablas de este escritor (en Pretextos, sé de su libro de poemas, «La eterna cualquiercosa».
¿Cuándo llegará a Colombia éste del que hablas en esta escrito’?