Natalia Jakubecki y Marcela Borelli traducen y firman el estudio preliminar de Cartas de Abelardo y EloÃsa, a cargo de Punto de Vista Ediciones. Una edición que ofrece una nueva traducción comentada a partir de los estudios más recientes sobre las cartas y el contexto en el que surgen y que busca traer esta historia de amor del siglo XII a nuestro presente.
La historia de Pedro Abelardo y EloÃsa siempre ha estado rodeada de una mÃtica que fue para autores medievales y, después, para los románticos, modelo para ejemplificar el amor en su más alta concepción debido, ante todo, por el alto precio que ambos debieron pagar por su relación. Un amor prohibido, perseguido y castigado que tiene diversas ramificaciones que van más allá de los sentimental.
En estas Cartas de Abelardo y EloÃsa, Jakubecki y Borelli ofrecen no solo las cartas, a través de una nueva traducción profusamente anotada, también una introducción contextual y biográfica seguida por varios capÃtulos que dan habida cuenta de esa relación. Arranca con la Historia de mis calamidades, carta de Abelardo a un amigo en la que relata sus infortunios y que a la sazón se convierte en una suerte de correlato de sus luchas filosóficas y/o teológicas y en un repaso sobre sus ideas sobre Dios y la fe. Después, Correspondencia entre Abelardo y EloÃsa reúne siete cartas -dos de ellas resumidas. En Confesión de fe de Abelardo, este expone a EloÃsa sus tesis tras haber sido condenado por herejÃa por su credo. Una situación que sitúa a Abelardo en una posición complicada y que tiene su ejemplo en la Carta de Pedro el Venerable al papa Inocencio II, en la que el abad de Cluny solicita al Papa que Abelardo ingrese en su abadÃa para protegerlo y que, allÃ, pueda descansar hasta el fin de sus dÃas. Pedro el Venerable surge como protagonista de esta historia no solo en esta carta, también en las siguientes: Correspondencia entre EloÃsa y Pedro el Venerable, en las que hablan sobre la figura de Abelardo, la relación que mantuvo con ella y la absolución y muerte de Abelardo y, finalmente, la propia Absolución de Pedro Abelardo, la cual fue entregada a EloÃsa por Pedro el Venerable. El libro reúne, al final, los epitafios de ambos amantes, cuyos cuerpos descansan en el cementerio parisino de Père Lachaise.
Con esta compilación epistolar Jakubecki y Borelli han construido, en realidad, una novela, una suerte de ficción a partir de documentos reales. Porque, aunque lo narrado en primera persona en estas cartas se corresponde, teóricamente, con unos acontecimientos reales, en su conjunto, a través de su lectura cronológica y episódica, lo que nos encontramos es con una historia de amor tan corpórea como espiritual, tan etérea como desaforada en sus formas y en su fondo. Una relación que, en su contexto, puede resultar tan extraña como cercana en el tiempo, quizá porque supone, en cierto modo, la base, directa o indirecta, d otras relaciones que desde entonces fueron poblando diferentes expresiones artÃsticas. Su correspondencia puede ser entendida como el establecimiento del modelo epistolar como forma narrativa, al fin y al cabo, en ellas encontramos relatos Ãntimos que van construyendo a su alrededor una realidad y proyectando una mirada al mundo muy particular que sumerge al lector no solo en relación Abelardo y EloÃsa, también un contexto que siglos después deviene en una representación casi ficticia.
Lo anterior introduce a este libro en nuestro presente sin anular su contexto en tanto a que resulta fácil empatizar, más allá de las cuestiones propias de su época, con una historia tan llena de sobresaltos, de idas y venidas, en una realidad convulsa, incluso violenta, donde habÃa una cierta construcción de valores e idearios que con el tiempo prevalecieron. Y bajo este intercambio epistolar, tanto por parte de Abelardo como de EloÃsa, surgen cuestionamientos relevantes sobre los constructos de su presente, no solo en cuestiones teológicas, con bellas ideas sobre la fe y la divinidad más allá de credos establecidos e impuestos, también sobre las relaciones sentimentales y el matrimonio y, en última instancia, sobre la posición de la mujer en aquella época.
La vida de Abelardo y EloÃsa, de tan trágica en sus formas, parece irreal; de tan intensa y sentida, real. Y entre medias, un relato que se mueve entre dos cuerpos separados en el espacio que buscan mediante la escritura una unión que vaya más allá de la ausencia y torne en presencia y que gravita entre lo fÃsico -por su imposibilidad- y lo espiritual -por su capacidad para mantener viva una relación que en modo alguno podrÃa asentarse.