«He sido siempre un soñador irónico, infiel a las promesas interiores. He gozado siempre, como otro y extranjero, de las derrotas de mis devaneos , asistente casual a lo que pensé ser. Nunca he dado fe a aquello en que he creÃdo. He llenado mis manos de arena, le he llamado oro, y he abierto las manos de toda ella, escurridiza. La frase habÃa sido la única verdad. Una vez dicha la frase, todo estaba hecho; lo demás era la arena que siempre habÃa sido.» (Fernando Pessoa, Libro del desasosiego, Traducción y edición de Ãngel Crespo, Seix Barral, 2008 Pág. 191)
Extraño Extranjero
Una biografÃa de Fernando Pessoa
Robert Bréchon
Alianza editorial
Traducción Blas Matamoro
647 Páginas
1996 edición de Christian Bourgois
1999 edición de Alianza
De la misma manera que cuando se formula la pregunta por Fernando Pessoa aparece la respuesta que Rimbaud esbozo en la carta a Georges Izambard, a saber “Yo es otroâ€, como intento de respuesta, emerge también una respuesta y una toma de posición en la obra de Robert Bréchon que articula a lo largo de las más de 600 páginas un intento por comprender la figura de Pessoa, y que hacia el final de la misma nos dice, sobre el artista, que “toda gran obra de arte es un autorretrato en forma de espejo, en que cada uno descubre su verdad oculta en la consciencia profunda de otro. Ése es el poder de las palabras, de las imágenes y de los sonidos†(Pág. 591). Asà estructura Bréchon una biografÃa que recurre no tanto al dato biográfico como a la obra intelectual del poeta portugués, y en la que se intenta dar cuenta de la génesis de los heterónimos (el dÃa triunfal), la especificidad de los mismos, de Pessoa ortónimo, sus referentes… para que cada uno descubra su verdad oculta en la conciencia profunda de ése múltiple otro que es Pessoa.
Robert Bréchon (1920) es periodista, poeta, ensayista e historiador de la literatura. Con anterioridad a Extraño extranjero publicó dos libros de ensayo, cinco de poesÃa y otros tantos de crÃtica literaria sobre Marlaux, Michaux, el surrealismo y la literatura portuguesa.
Organizada en 37 capÃtulos y 5 anexos, la presente obra del biógrafo francés es la mejor forma de acercarse a un autor que presenta cierta dificultad de aproximación por la naturaleza de la gestación y de la poética de su obra. La investigación de Bréchon tiene en cuenta fuentes como las de João Gaspar Simões, Teresa Rita Lopes, Ãngel Crespo, Antonio Tabucchi, entre otros, formando un mosaico interpretativo que rehuye una visión sesgada de la obra. De este modo se hace mención de la evolución intelectual de Pessoa a tenor de sus influencias que van desde el helenismo al romanticismo pasando por los metafÃsicos ingleses, el saudaismo, etc., para ver como trasciende los lÃmites impuestos por dichos referentes dando a luz una obra que habla, entre otras cosas, sobre la escisión del sujeto contemporáneo.
Quizás uno de los conceptos o temas que más han llamado la atención y han suscitado polémica en el estudio de Pessoa es el caso de los heterónimos y de su creación. Básicamente Bréchon da cuenta de dos lÃneas que intentan explicar la heteronimia: la primera alude a cierto desequilibrio psicológico en Pessoa (como la esquizofrenia, trastornos de personalidad…) que explicarÃa la emergencia de identidades literarias definidas como las de Caeiro, Reis, Campos y Soares; por otro lado, tendrÃamos las teorÃas que hacen referencia a la formación de los heterónimos como juego literario que consigue crear desde la unidad de su conciencia las diferentes identidades que dan cuerpo a su diversa obra literaria. Pero Bréchon, no se queda con ninguna de las dos aunque tampoco las rechaza del todo y parece inclinarse mejor por una vÃa explicativa que estarÃa más en la lÃnea que apuntábamos con relación a la respuesta de Rimbaud que, asimismo, exhorta a la necesidad de que el artista sea un visionario. Sin apuntar al ocultismo que profeso el luso, podemos decir que Pessoa fue un visionario prácticamente en todos los aspectos de su obra, tanto formalmente como en contenido. En este sentido, por lo que atañe a la heteronimia, como nos dice Bréchon, es un método experimental para tener pensamientos, sensaciones, emociones y creencias nuevas, capaz de hacernos salir de la personalidad inmóvil que han configurado nuestro carácter, nuestra educación, nuestra herencia cultural, el lugar, el momento las circunstancias. De este modo, continúa, creemos tener opiniones formadas, creencias fundadas y hasta una fe que se suele considerar la única verdadera, pero los demás están igualmente seguros de sus opiniones, sus creencias y su fe, diferentes de las nuestras. Se vive y a veces se muere por ciertas ideas que no nos son consustanciales, porque pueden cambiar. Y Finaliza, Caeiro, Reis y Campos son posturas de la consciencia de Pessoa diferentes de la suya natural. Paradójicamente, cuando remonta la pendiente es cuando consigue descender por ella hasta llegar a ese suelo desnudo del ser que es el universo de Caeiro. Si la asciende, se eleva hacia el cielo metafÃsico, hacia Dios o más allá de Dios. (Pág. 222)
Es asà como Pessoa se erige en retrato de la condición del sujeto contemporáneo, ya que lo contrario de no ser nada ni nadie no es ser alguien, hacer de sà mismo el más irreemplazable de los seres, sino ser muchos, mucho, todo el mundo. Whitman dice que es, a la vez, <<el actor, la actriz, el elector>>, etc. Pessoa, Reis y Campos encuentran que esta diversidad no es fabulosa, sino normal. Todos somos asÃ, sin saberlo, y debemos este don de multiplicar nuestro ser. (Pág. 221) Esta caracterÃstica, y la poética que la sigue, es la que hace de Pessoa un poeta visionario. Como relata en el Libro del desasosiego en una entrada fechada el 1 de diciembre de 1931, <<hoy he llegado de golpe a una conclusión absurda y justa. Me he dado cuenta, en un relámpago, de que no soy nadie, absolutamente nadie (…) Soy el personaje de una novela que aún no se ha escrito, y floto, aéreo, disperso, sin haber sido, entre los sueños de un ser que no supo concluirme…>> AsÃ, señala Bréchon, la obra de Pessoa consistirá en vaciar la consciencia de ése vacÃo. Se trata de poblar ese desierto, de consumar esta creación de sà mismo que el sujeto siente incompleta, de escribir la <<novela>> de la que es apenas el esbozo. Se trata nada menos que de refundar su ser, de celebrar un nuevo pacto ontológico. (Pág. 219)
[…] libros y otros que he empezado a leer con entusiasmo (una extensa biografÃa de Fernando Pessoa, Extraño extranjero, de Robert […]